NOTICIAS: La banca privada pierde terreno y ya paga hasta tres puntos más de tasa que la pública


29-9-2010 - Los bancos privados notan un descenso en el ritmo de acumulación de sus depósitos y pierden participación sobre el total de la liquidez. La semana pasada llegaron a pagar 325 puntos básicos más de tasa que una entidad pública. En el Congreso se debatirá un proyecto que busca restringir el tamaño de los bancos privados para evitar el “riesgo sistémico”

El mismo proceso buscado y pensado por legisladores kirchneristas de reducir el tamaño de la banca privada para evitar posibles “riesgos sistémicos” se está empezando a dar naturalmente a nivel local. Los bancos públicos están mostrando este año un avance que supera ampliamente al de sus competidores privados y que alcanza para restarle cada vez más participación en el total de la liquidez que tiene el sistema.

El fenómeno se acentuó fuertemente en la segunda parte de este año –especialmente este mes– y ya obligó a las entidades de origen privado a pagar hasta 300 puntos básicos más de tasa de interés en sus esfuerzos por retener sus depósitos de mayor tamaño. La semana pasada, la brecha entre la tasa Badlar “privada” y la “pública” llegó a ser de 325 puntos básicos. “Sólo había subido a un margen similar, de 343 puntos básicos, el 27 de julio pasado, justo en la víspera de la cancelación del Boden 2012”, recordó a este diario el analista de Zonabancos.com, Gustavo Giraldez. Durante 2008 y 2009, en cambio, la distancia entre ambas había oscilado entre los 50 y los 150 puntos básicos.

Así, en los últimos dos años, el peso de la banca pública se incrementó de 42% a 47%, según datos del Banco Central. Sucede, según los propios banqueros, que hoy el fondeo estatal sobreabunda, pero por su naturaleza beneficia especialmente a las entidades públicas. Eso explica que los depósitos oficiales, que eran apenas un cuarto del sistema a fin del año pasado, estén hoy a punto de representar la mitad del total.

En las cifras del BCRA se ve que sólo en los nueves meses transcurridos de 2010, la participación de los depósitos públicos a plazo fijo creció del 27,5% al 43%, y que los ahorros del sector pirvado redujeron su espacio del 72,5% al 57%. Desde una mesa de dinero contaron que este mes la situación se acentuó aún más, porque la ANSeS decidió colocar “importantes partidas” en pesos, a plazo fijo, en los bancos públicos.

“No creo que este fenómeno se esté dando de una manera deliberada, sino que tiene que ver más con decisiones del sector privado. Siempre hay un spread, pero en este momento el ahorrista privado ve al banco público con un poco menos de riesgo. Además, por supuesto, que la disponibilidad de fondeo estatal hoy es mucho mayor”, afirmó el economista David Mermelstein, de la consultora Econviews. Una evidencia, a su juicio, es la distancia en el ritmo de crecimiento de los depósitos totales del sector privado y los del sector publico: los primeros lo hacen al 29%; los segundos, al 47%.

La situación es bastante similar a la que buscan lograr con sus esfuerzos algunos diputados oficialistas, tras la sanción de una nueva ley de entidades financieras. El proyecto del ex vicepresidente de Boca Juniors, Carlos Heller, incluye un artículo que intenta limitar el tamaño del stock de depósitos en las entidades privadas, a un 8% del total del mercado. La razón de esa limitación no queda clara en el proyecto. Pero entre los banqueros se presume que, con eso, el objetivo es evitar posibles riesgos sistémicos: si una entidad privada crece demasiado, y luego de esto se muestra poco solvente, representará un enorme peligro para el sistema.

“En este punto, lo primero a notar es un sesgo a favor de las entidades públicas y en contra de las privadas. No es para nada claro que una entidad pública genere menores amenazas sistémicas en caso de problemas. Fijar un límite de esta naturaleza no parece un método muy efectivo para limitar esos riesgos. Por el contrario, una mayor y mejor regulación prudencial para todos los bancos, independientemente de su dimensión, sería un camino más efectivo”, explica Mermelstein. Y agrega que “fijar un techo al tamaño de los bancos privados genera desincentivos a la inversión e innovación”.

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