Los árbitros persiguen a Gerard Piqué


El caso de Gerard Piqué es espectacular. El jugador ya ha querido salir al paso de la persecución que esta temporada están haciendo los árbitros del defensa del FC Barcelona denunciando la parcialidad de algunas decisiones de los colegiados, pero es que atendiendo a los números, aún es más inexplicable: de cada 2 faltas que comete Piqué, una es sancionada con tarjeta amarilla. Un abuso.

La pareja de centrales que forman Carles Puyol y Gerard Piqué es de las más seguras de la Liga y, además, de las que menos necesitan incurrir en faltas para serlo.

Piqué computa un total de 12 faltas cometidas en las 10 jornadas que se llevan disputadas hasta ahora en el campeonato. De esas 12 infracciones señaladas por los colegiados, 6 han sido amonestadas con tarjeta amarilla. Ni el propio futbolista se lo explica: "En Bilbao estoy disputando un balón con Llorente, él resbala y me sacan tarjeta. En Zaragoza, Jorge López centra, yo estoy de espaldas, el balón me da en la mano y me sacan tarjeta. En Getafe, salto con un contrario para disputar un balón aéreo, la pelota me cae en los brazos, y me sacan tarjeta. Es lo que hay...", reconoce resignado Piqué.

Lo más escandaloso es que esas excesivas tarjetas se hayan convertido incluso en una expulsión por acumulación en Getafe que, por suerte, no repercutió excesivamente en el resultado gracias a que el partido ya estaba encarrilado por parte del Barça.

Lo fácil en estos casos es acusar al jugador y de paso a todo el barcelonismo de llorones y quejicas, pero una vez más el agravio comparativo con el Real Madrid se hace patente en las decisiones arbitrales. Que a Piqué se le señale penalty una mano involuntaria dentro del área -con la consecuente expulsión por doble amarilla- y que a Xabi Alonso no se le señale ni falta por una acción muchísimo más clara, da mucho que pensar.