NOTICIAS: Los empresarios anticipan un fin de año positivo y un buen crecimiento para 2011

5-10-2010 - Quienes tienen responsabilidad de gestionar las empresas se muestran muy optimistas respecto de la economía de los próximos meses. Preocupa la inflación, pero no la víspera de las elecciones presidenciales.
Un último trimestre estable y un 2011 con mejores perspectivas. Esa es la percepción que tienen los empresarios que fueron consultados por Buenos Aires Económico respecto del balance de este año y las previsiones para el último trimestre y para 2011.

Si bien la mirada en términos macroeconómicos es positiva, los temores de los CEO de diferentes compañías pasan por la pérdida de competitividad, el aumento de la inflación y la falta de igualdad de oportunidades, entre otras preocupaciones.

Uno de los sectores que viene impulsando la economía local es el automotor. La fuerte demanda de Brasil y el crecimiento de las ventas en las concesionarias argentinas empujarán un nuevo récord de producción, que podría trepar a las 720.000 unidades, o al menos quedaría muy cerca de esa cifra.

Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Auto Argentina, y referente del sector señaló que el último cuatrimestre no será muy diferente en cuanto a los buenos resultados que experimentaron durante los primeros nueve meses de 2010. “Es factible que en términos de volúmenes de ventas al mercado doméstico, producción y exportaciones, el sector automotor pueda exhibir una muy buena performance a lo largo de 2010, inclusive batiendo récords, aunque seguramente con una pérdida de rentabilidad por incrementos en los costos”, aseguró Rattazzi, quien la semana pasada anunció una megainversión por $813 millones para desarrollar un nuevo modelo en el parque industrial de Ferreyra, Córdoba.

Parte del boom de la industria automotriz se explica por el buen momento del sector agropecuario. Los precios internacionales de los commodities sumados al buen clima se tradujeron en una muy buena cosecha. Si bien la soja cada vez gana más terreno en los campos argentinos, otros sectores vinculados al agro vienen repuntando.

Es el caso del sector lechero. Jorge Arnaudo, gerente general de SanCor, sostuvo que “en general creemos que hay buenas expectativas empresarias, en especial para el sector lácteo”. Entre las explicaciones de Arnaudo aparecen “los precios internacionales”, así como “un consumo doméstico estable y en el que no se pronostican sobresaltos”.

Otro de los sectores que también acompaña el crecimiento del campo es el ligado a los bienes de capital. Pedro Cascales, titular de Tradefin y presidente de la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Bienes de Capital para la Producción, prevé un crecimiento por encima de la media de la actividad. “A nivel sectorial esperamos la consolidación del crecimiento del corriente año. Estimamos un aumento de las ventas de entre un 15% y un 20% con respecto a igual período del año anterior”, explicó Cascales respecto de las ventas de maquinaria.

Más allá de las industrias tradicionales, hay otras ramas en las que la Argentina comienza a apuntar para hacerse fuerte. La producción tecnológica y el desarrollo de software de a poco ganan terreno, potenciando la demanda de empleo calificado y bien remunerado. “Es de esperar que en los últimos meses del año el mercado tecnológico sostenga el nivel de crecimiento que hemos visto durante los primeros nueve meses de 2010”, aseguró Esteban Galuzzi, gerente general de Intel Cono Sur, ante la consulta sobre el último cuatrimestre del año.

En esa línea, desde HP (Hewlett Packard) Argentina se mostraron entusiasmados con la expectativa de demanda tecnológica para los últimos cuatro meses de 2010. “El cuarto trimestre del año suele ser un momento interesante para las empresas que estamos en la industria de la tecnología y los servicios de valor agregado, porque las compañías comienzan a proyectar sus inversiones para el siguiente año”, explicó el presidente interino de la compañía, Agustín Urtubey.

En tanto, desde Sabre Holdings, una compañía destinada al desarrollo de software para la industria del turismo, prevén que en los próximos doce meses comenzarán a desaparecer los fantasmas que dejó a su paso la última crisis financiera internacional. “En el 2011 veremos mejoras en la confianza de los consumidores al dejarse atrás los problemas financieros globales que se registraron entre el 2008 y el 2010”, sostuvo Fin Goulding, vicepresidente de Sabre Holdings Argentina.

Por su parte, para GE Argentina las expectativas para los próximos años son positivas, con una fuerte tracción a nivel regional. “En GE cerraremos el año con crecimiento. La buena noticia es que crecemos y que viene un mercado favorable a nivel internacional para los próximos años porque la Argentina produce lo que el mundo necesita”, sostuvo Alejandro Bottan, presidente de GE Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.

RITMO. Los laboratorios también apuntan a crecer, aunque a menor ritmo. Cuando se los consulta sobre qué grado de crecimiento podrán tener en 2011, el country manager de Nutricia Bagó Argentina, Donald Cash, sostiene que la expectativa es “similar a la del 2010: crecer entre un 5% y un 8%” en términos de volumen. Las preocupaciones de Cash pasan por el aumento de costos, debido a incrementos salariales y la necesidad de mantener un tipo de cambio competitivo.

En tanto, a la hora de la comparación con 2008 y el impacto de la crisis financiera en la economía real, algunos destacaron que el humor entre los empresarios comenzó a mejorar. “En general podemos afirmar que el clima de negocios en 2010 se recupera gradualmente de la situación vivida como consecuencia de la crisis financiera internacional y el cambio en el régimen previsional”, aseveró Martín Gauto, presidente de Prudential Seguros.

Elecciones. En términos macroeconómicos, las visiones confluyen hacia el terreno positivo. Sin embargo, las elecciones presidenciales previstas para octubre, así como el recambio de gobernadores en algunos distritos como la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, podrían –según la visión de algunos CEO– morigerar los índices de crecimiento.

Es el caso de Rattazzi, quien considera que “hasta que no haya un panorama más claro sobre el resultado electoral y la nueva situación política, el proceso electoral agrega una cuota de incertidumbre”. En la otra vereda, Galuzzi, de Intel, manifestó que no consideran que el proceso eleccionario sea “un obstáculo para el crecimiento del mercado ni para el clima de negocios”.

En una posición intermedia, Bottan, el presidente de GE, prevé que el impacto electoral será similar al que experimentan los países del continente. “Como en la mayoría de los países de la región, tomemos el caso de Chile y de Brasil, los años electorales han influido en las decisiones empresariales.”

Propuestas. Una de las consultas estuvo apuntada a conocer qué reforma económica considera importante para mejorar la actividad en términos macro. Si bien algunos destacaron la necesidad de garantizar un panorama para conseguir más inversiones, la mayoría se inclinó por propuestas sectoriales.

En esa línea, Cascales –fabricante de bienes de capital– propuso que “sería de gran utilidad desgravar parte del Impuesto a las Ganancias para la reinversión de utilidades de pymes que compren máquinas herramientas y equipamiento durable para la producción”.

Urtubey, en tanto, se mostró a favor de “consolidar un modelo de exportaciones variadas. El Gobierno ha hecho esfuerzos para desarrollar la industria de la exportación de servicios desde Argentina y sería interesante continuar trabajando para reforzar esa tendencia”, sostuvo el directivo de HP?Argentina.

En tanto, el directivo del laboratorio Nutricia Bagó, Cash, aseguró que sería necesario un “plan a mediano plazo que aporte mayor previsibilidad a cambios de rumbo” y “mantener un tipo de cambio competitivo”.

Finalmente, y en referencia al tipo de cambio, el vicepresidente de Sabre Holdings Argentina sostuvo que “la intervención en el tipo de cambio está provocando que el dólar permanezca estable o baje respecto del peso argentino. Por lo tanto, no es posible contrarrestar el costo de la inflación con el aumento del tipo de cambio”.

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